miércoles, 29 de junio de 2016

SAP ... Hijos manipulados tras la separación de los padres.

El Síndrome de Alienación Parental o SAP es un conjunto de síntomas, que se produce en los hijos, cuando un progenitor, mediante distintas estrategias, transforma la conciencia de los niños con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor.
Como padre divorciado o separado te preocupas cuando el otro padre hace comentarios desagradables sobre ti al hijo de ambos; tu ex pareja podría culparte por sus problemas familiares y hacer que aparezcas como el/la malo(a) del cuento. O, tal vez estés del otro lado y sin querer has hecho comentarios negativos a tus hijos sobre tu ex, pero ¿En qué momento esos comentarios despectivos se convierten en un fenómeno psicológico dañino llamado “Síndrome de alienación parental”? Conoce todos los detalles y aprende a prevenirlo.











El psiquiatra Richard Gardner en la década de los 80´s definió los comportamientos, reacciones y acciones realizadas en el proceso de custodia por uno de los padres para poner al hijo en contra del otro progenitor como: Síndrome de alienación parental (PAS por sus siglas en inglés): “un trastorno que se presenta principalmente en el contexto de las disputas de custodia de menores, su manifestación principal es la elaboración de una campaña de denigración contra un padre, para poner al hijo de su lado y en contra del padre objetivo. Es el resultado de la combinación, de una programación (lavado de cerebro) y adoctrinamiento de los padres y las propias contribuciones del niño a la denigración del progenitor objetivo”. Con el tiempo se ha visto que la alienación parental no se limita a que uno de los padres socave al otro, en realidad muchas veces los miembros de la familia inmediata y extendida pueden trabajar activamente para minar la relación de los niños con sus padres u otros miembros de la familia.
















Tres tipos de alienación

Alienadores ingenuos. 

Son padres que no suelen intervenir en la relación de los niños con el otro padre, pero de vez en cuando hacen o dicen algo que puede alienar. Todos los padres separados/divorciados de vez en cuando son ingenuos de su comportamiento alienante usando frases como:“Dile a tu padre que tiene más dinero que yo, para que te compre los zapatos de fútbol”, estos padres tienen buenas intenciones y reconocen la importancia de que los niños tengan una relación saludable con el otro padre, se sienten seguros con la relación que llevan los niños con los padres y familiares del otro progenitor, son capaces de dejar que su ira y el dolor de lado para no interferir con la relación de los niños con su madre o padre, son flexibles y dispuestos a trabajar con el otro padre cuando sea necesario, tienen la capacidad de sentirse culpables cuando actuaban de una manera que dañó la relación de los niños con su madre o padre y suelen enmedar su falta, comparten las actividades de sus hijos, archivos médicos y escolares con el otro padre y sobre todo respetan las órdenes judiciales y la autoridad pues no buscan obstaculizar los derechos de convivencia del otro padre. Por todo esto, los alienadores ingenuos generalmente no necesitan tratamiento psicológico.


Alienadores activos.

Son padres cuyo intenso dolor o enojo les hace perder el control sobre sus impulsos y arremeten frente a los hijos contra el padre objetivo invadidos por un sentimiento negativo. Más tarde, suelen sentirse muy culpables por cómo se comportaron. Un ejemplo de comportamiento podría ser decirle a su hijo algo como: “No quiero que le digas a tu padre que me aumentaron el sueldo . Él es muy tacaño y lo tomará como que ya no necesito para la manutención y no les dará dinero para sus vacaciones”. Estos padres tienen buenas intenciones y creen que los niños deben tener una relación sana con el otro padre el problema que tienen es con el control de su frustración, amargura o dolor. Cuando algo desencadena sus sentimientos dolorosos, el alienador activo arremete conscientemente de forma que cause o reforce la alienación contra el padre objetivo. Después de recuperar el control, los padres suelen sentirse culpables o mal por lo que hicieron, son capaces de diferenciar entre sus necesidades y las de los niños, apoyando el deseo de los niños a tener una relación con el otro padre, al igual que los alienadores ingenuos, los alienadores activos permiten que los niños tengan diferentes sentimientos y creencias por su propia cuenta. Durante los brotes de cólera, sin embargo, la delimitación entre el niño y las creencias de los padres puede ser muy borrosa hasta que el padre se calma y recupera el control, respetan la autoridad del tribunal y, en su mayor parte, cumplen con las órdenes judiciales. Sin embargo, pueden ser muy rígidos y no cooperar con el otro padre en un intento pasivo de devolver el golpe por alguna injusticia. A estos padres se les sugiere recibir tratamiento psicológico que les ayude a manejar los propios sentimientos y emociones para no mezclarlos con la relación de sus hijos y su ex pareja, ellos suelen estar dispuestos a aceptar ayuda profesional cuando los niños o ellos mismos tienen un problema persistente.

Alienadores obsesivos. 

Son padres y a veces abuelos que se enajenan y tienen una causa ferviente para destruir al otro padre, inician una campaña de destrucción de la relación del niño con el padre objetivo. Para que la campaña funcione, el enajenante obsesionado enreda personalidades y creencias, es un proceso que lleva tiempo pero que los niños -especialmente los jóvenes- son completamente incapaces de descubrir y combatir pues por lo general comienza mucho antes de el divorcio o separación definitiva. El padre obsesionado está enojado, amargado o se siente traicionado por el otro progenitor. Las razones iniciales de la amargura en realidad pueden estar justificadas pues podría haber sufrido violencia verbal y física, infidelidad o engañado financiero. El problema se produce cuando los sentimientos no se curan, sino que cada vez se intensifican al sentirse obligados -a causa de su paternidad común- a continuar la relación con una persona que desprecian. El sólo hecho de ver o hablar con el otro padre es un recordatorio del pasado y dispara el odio. Están atrapados sin ningún lugar para ir y sanar. Respecto a la custodia podrían utilizar frases como: “Amo a mis hijos. Si el tribunal no puede protegerlos de su padre abusivo, yo lo haré. A pesar de que nunca ha abusado de los niños, yo sé que es una cuestión de tiempo para que lo haga. Los niños tienen miedo de su padre. Si ellos no quieren verlo, yo no voy a forzarlos.” Este es el tipo más peligroso de alienación pues el padre o madre alienador está obsesionado con destruir la relación de los hijos con el progenitor objetivo, inventan o exageran cosas del otro padre y se las cuentan a los hijos, a veces sus creencias son delirantes o irracionales, nadie especialmente el juez, puede convencer a los alienadores obsesionados de que están equivocados pues cualquiera que trate de hacerlo lo sienten como su enemigo. A menudo buscan el apoyo de miembros de la familia o amigos que compartan sus creencias de que son víctimas de su ex pareja y del sistema (leyes) y la batalla se convierte en “nosotros contra ellos”. Los partidarios del padre alienador obsesionado se ven a menudo en las audiencias de la corte a pesar de que no han sido citados, tienen una ira que nunca se apagará porque creen que su ex pareja los ha herido y sienten que todo lo que hacen para proteger a los niños está justificado, tienen un deseo de castigar al otro padre con órdenes judiciales que puedan interferir o bloquear las visitas con los niños. No se sienten intimidados por la Ley de ninguna manera. No hay protocolos de tratamiento psicológico que hayan resultado eficaces para estos padres debido a que no presentan demanda de tratamiento, es decir no ven el problema en sus acciones por lo tanto no están dispuestos a realizar ninguna modificación.













Por lo general este nivel de alienación se apaga después de que los padres se acostumbran a los cambios provocados por la separación y siguen entonces con sus vidas. Sin embargo, en casos raros la ansiedad no sólo no se calma si no que se intensifica y es cuando puede generarse dicho síndrome.


RECOMENDACIONES

¿Qué puede hacer un padre para sobrellevar la relación con su hijo a pesar de las oposiciones del padre alienador?

-No renuncie a sus hijos, tenga paciencia.

-Mantenga su ira y el dolor bajo control, la pérdida de control sólo alimenta al alienador.

-No tome represalias contra el alienador o la familia alienante.

-Hable con su abogado si no le dejan ver a su hijo, la única excusa para dar por terminado las convivencias es si hay denuncias de abusos o amenazas a la seguridad de los niños. Si usted está siendo acusado falsamente de abuso, coopere con la investigación e insista en visitas supervisadas antes de que le nieguen la convivencia con sus hijos.

-Mantenga un registro de sus actividades con su hijo.

-Concéntrese en mantener su relación positiva con sus hijos. No los bombardeé para obtener información o hacer su propia alienación.

-Controle su propio comportamiento para que no comience a ser alienante. Conozca los síntomas.

-Si el problema persiste, antes de ponerse a la defensiva, pruebe a entender por qué el otro padre está reaccionando así y si es necesario trate de hablar abiertamente sobre lo que está viendo y sintiendo.

-No viole las órdenes judiciales ni las leyes civiles.

-No “aceche” al otro padre, ni lo amenace o use la fuerza física en un esfuerzo por ver a sus hijos.


CONCLUSION: NINGUN HIJO DEBE SER TRATADO COMO TRAIDOR SIMPLEMENTE POR AMAR A AMBOS PADRES.



 




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